En un nuevo aniversario del Golpe de Estado de 1973 se han
producido como todos los años interpretaciones, justificaciones, reivindicaciones,
recuerdos heroicos y de los otros. El huevo de la serpiente estaba incubándose
desde los cincuenta. Y en el momento de mayor necesidad el batllismo se
encontraba fragmentado y dividido. Y el proceso posterior lo llevó hacia una
radicalización interna y a que varios dirigentes de primer nivel se vieran obligados a buscar otros caminos. Según
un trabajo de César Di Candia citado en el excelente libro de Mauricio
Rodríguez “ Zelmar Michelini. La voz de todos” la esposa de Zelmar, Elisa
sostuvo “ Al morir Gestido todo el mundo se quedó de una pieza. Pacheco no
sabía nada de nada, había que soplarle al oído, darle una mano. Zelmar
suspendió entonces un viaje que teníamos programado a Inglaterra para ayudarlo
un poco. Pero sucedió que Pacheco se fue todo el verano a Punta del Este a la
pachanga…(risas)” Ver Mauricio Rodriguez, Zelmar..Fin de Siglo Pág210. La
realidad era que por segunda vez en el siglo XX un presidente fallecía en el
transcurso de su presidencia. Y asume Jorge
Pacheco Areco que pertenecía a una
familia de extracción política y que había sido diputado por Montevideo y
director del diario “El Día”.
A la semana de asumir la presidencia un decreto con fecha 12
de diciembre iniciaría una línea distinta a la del Presidente Gestido y a la
batllista en general. Se dispuso la disolución del Partido Socialista, la
Federación Anarquista Uruguaya, el Movimiento Revolucionario Oriental, El
movimiento de Acción Popular Uruguayo el Movimiento de Izquierda Revolucionario
La clausura de semanario socialista “El Sol” y el diario “Epoca”. Luego del
verano se realizó un recambio del Gabinete en mayo de 1968 dirigido a sostener
la nueva visión económica con representantes, al decir de la prensa marxista de
la época, de los sectores económicamente dominantes y especialmente del sector
bancario. Esto siguió con decretar Medidas Prontas de Seguridad y
posteriormente el congelamiento de precios y salarios. El Partido Colorado
quedó escindido entre la UCB y la 15 que aportaba líneas económicas por un lado
y por otro los sectores batllistas liderados por Michelini y por Vasconcellos. A esto se debe sumar las
renuncias a sus cargos ministeriales de Manuel Flores Mora y de Alba Roballo.
Un fuerte sostén del gobierno de Pacheco eran las Gremiales Empresariales que
veían en su “mano dura” una solución a los problemas de inestabilidad social y
sindical. Por su lado el Propio Presidente Pacheco Areco buscaba el apoyo de la
ciudadanía con discursos en los que planteaba lisa y llanamente que estaba en
juego “la supervivencia del Uruguay” “el gobierno tiene el deber de ejercer la autoridad con la
dureza y la energía que las circunstancias impongan para garantizar las
libertades amenazadas. El harakiri, el auto inmolamiento de una sociedad es una
filosofía que no aceptaremos jamás. No solo los que atacan el orden son
nuestros enemigos. Los desertores y los indiferentes también lo son(…)” Para la
izquierda y para los sectores progresistas de los Partidos Tradicionales a
partir de 1968 estos nuevos sectores políticos y económicos que controlaban al
Estado recurren a medidas impopulares siendo la más resistida el congelamiento
de los salarios. Muchos desocupados encuentran su lugar como luchadores sociales.
Los sindicatos fomentaron el asociacionismo obrero para enfrentarse a las
patronales. En esta etapa grupos armados robaban almacenes para distribuir
alimentos en zonas marginales denunciando una pésima distribución de la
riqueza. Es en este marco que en
setiembre de 1968 en una intervención en el Parlamento Michelini sostenía. “Quiero
que sea mi voz la que interprete lo que es, en realidad, una opinión del
Partido Colorado expresándose esta noche. Debo hacerlo como ciudadano enemigo de
la violencia Quizás si algún defecto se me puede señalar es el de que por la
paz pagué, a veces, un precio excesivo(…)” (Obra citada)
Comienzan gestiones con el Presidente Pacheco para detener
la espiral de violencia utilizando los mecanismos del Partido Colorado y se
manejó la posibilidad de convocar la Agrupación de Gobierno, pero se dilataba
por una razón u otra. El tema pasó de ser del Partido de Gobierno a tema del
Parlamento y comienzan una serie de censuras a ministros, Michelini y
Vasconcellos dieron sus votos para la censura al ministro Héctor Luisi, en
tanto que desde filas nacionalistas Wilson Ferreira Aldunate censuraba al
ministro Guzmán Acosta y Lara. Esto generó el cambio del gabinete. La censura a
la prensa fue bastante común así como denuncias permanentes de malos tratos
policiales. Estaba ocurriendo una centralización autoritaria del poder del
Estado con intervenciones en los Entes, militarización del funcionariado
público, compra de bancos en dificultades o actuaciones discrecionales en
lanzamientos judiciales. Las Medidas Prontas de Seguridad permitían la
detención de dirigentes políticos, sindicalistas y líderes estudiantiles. El 24
de junio de 1969, bajo este mecanismo, se produjo la detención de varios
dirigentes sindicales entre ellos José D´Elía. En el Parlamento se denunció en
varias oportunidades violaciones a los derechos humanos. Se formó una Comisión
Investigadora de denuncias de torturas y malos tratos y surgió el informe
titulado “ Violaciones de los Derechos Humanos y Comisión de Actos de tortura a
detenidos”. En Agosto los Tupamaros secuestraron a Ulises Pereyra Reverbel,
director de UTE. Lo liberaros 11 meses más tarde. El 21 d junio volaron las
instalaciones de la General Motors en Sayago y el 8 de Octubre intentaron la
toma de Pando. En marzo de 1970, ante el desconocimiento por parte del Poder
Ejecutivo del levantamiento de las Medidas Prontas de Seguridad el senador
nacionalista Wilson Ferreira Aldunate sostenía: “ El Uruguay ha venido
sufriendo un proceso lento pero inexorable de descaecimiento de las normas
constitucionales. Poco a poco el Poder Ejecutivo ha ido asumiendo cada vez
mayor poder. Y en estas horas hay una inercia. Es difícil dar marcha atrás y
aun es difícil detenerse a este proceso
de asunción cada vez mayor de facultades que conducen a esta suma de poder
público de que el presidente se cree atribuido(…) el problema no es si se
interpreta bien o mal la Constitución. Sino el de preguntarse dónde se va a
detener, si es que se detiene este proceso” El final será un golpe de Estado, el fin del
batllismo como actor principal y el inicio de la dispersión ideológica del
batllismo hasta obligar a sus integrantes a buscarlo en otras tiendas.
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