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jueves, 11 de junio de 2015

Buscando el batllismo: Del modelo a la distancia con la sociedad.

El periodo denominado primer batllismo inicia un proceso político que se extendió por un periodo de tres décadas lo debemos ubicar como un bisagra entre el proceso modernizador iniciado en el último cuarto del siglo XIX y sus proyecciones posteriores que llevaron a definir al Uruguay como batllista.
Como motor o como actor el batllismo, o los batllismos, contribuyeron a conformar y modernizar el sistema político uruguayo. El disparador, sin dudas, fue el reformismo y la revolucionaria visión colegialista en el proceso de cambio constitucional iniciado con los famosos "apuntes" de Don Pepe. Sin dudas estos cambios polarizaron a la sociedad y generaron fermentales debates políticos. Desde el gobierno de facto del Coronel Latorre y con el acelerador a fondo durante los gobiernos batllistas, el mando, en tanto poder decisorio y de implementación pasó a manos de un Estado, secular, nacional y con una carga de justicia social y redistributiva muy fuerte. Logicamente, luego de los procesos, revolucionarios, de reformas educativas, la vareliana, primero, la de Vazquez Acevedo después y la consecuente universalización del conocimiento sin distinción de capas o grupos sociales, hace ingresar al debate a los sectores populares ya sea mediante gremios y sindicatos o en las discusiones en la prensa o en los ambientes laborales. Todo se va a canalizar mediante las luchas electorales. donde van a convivir proyectos, avances, y frenos. Los grupos de presión comienzan a jugar un papel muy importante, estos grupos responden a viejos sectores de intereses económicos pero que se encarnan ahora en proyectos políticos que dinamizan o frenan el "inquietismo batllista" en definitiva el reformismo. A partir del año 1916 el alto a las reformas va a tomar una forma contundente de defensa, podríamos decir ,antibatllista. Entre los apuntes, las escisión del Partido Colorado, el periodo vierista y los grupos de presión, se produce la irrupción violentamente discreta, pero radical de los grupos de presión empresariales al estilo y con la filosofía moderna. Más allá del los costos políticos del accionar del batllismo, sobretodo en su segunda presidencia, su visión y aplicación del desarrollo ideológico del Estado como factor principal del desarrollo social mediante "imposición positiva" fiscal para la construcción del "hombre nuevo", educado, austero, cosmopolita y solidario laico, logró mejorar en forma efectiva las condiciones de vida de la población. Al decir de Gerardo Caetano y de José Rilla, "El primer batllismo supuso una verdadera interpretación del Uruguay de fines del siglo XIX y comienzos del XX, con su trama de proyectos y utopías. Para la implementación política y social contó con la ventaja de haber nacido en el partido del gobierno y del Estado. Desde la intransigencia política tan poco dada a las incertidumbres de la democracia, el impulso reformista recorrió las esferas de una economía próspera y a la vez fragil de la sociedad en vías de integración, de la política de partidos...y hasta una moral colectiva en individual." (Caetano, G. Rilla,J. Historia Contemporánea del Uruguay, Pág.150) La denomina ética de la responsabilidad, que no debe considerarse como justificar todo, nos muestra como el batllismo muere en su utopía, desde la desaparición de Luisito , la disidencia etica, moral, partidaria pero no filosófica de Rodriguez Fabragat y Zelmar, Gestido y Pacheco Areco, el debate del batllismo con la sociedad fue cada vez más duro y distante. Podemos afirmar que la distancia mayor se alcanza con la visión de "familias Ideológicas" o con un liberalismo un tanto insensible a los reclamos sociales, con el trasfondo de la crisis del 2002 llevado adelante por el Dr. Jorge Batlle, obligan al batllismo a generar un nuevo pacto con la sociedad, muy cercana a la praxis y muy alejada del Partido Colorado. Hace ya algunos años culminaba mi ensayo sobre la figura de Domingo Arena de esta forma que mantiene vigencia lamentablemente.
"El batllismo fue producto de una época en crisis social, fue expresión decapas sociales desesperadas, ubicadas ya en un tiempo y espacio pasado de la economía y de la política; de la filosofía y de la teología;debatiéndose entre la antigua pugna de la razón utópica versus la razón instrumental. El equipo batllista con Domingo Arena a la cabeza concibieron la utopía como fuerza de la transformación de la realidad, aparece como auténtica voluntad innovadora y base de toda renovación social, representaron una corrección de una situación político-socialexistente con miras a un cambio estructural. Proyecto o ideal de un mundo justo a partir de la construcción de la realidad presente, con el estado redistributivo, y la justicia social, para alcanzar estos objetivos la utopía representa un modo específico de conocer la realidad mediante un modelo ideal de futuro, constituyéndose en el sueño de la verdadera justicia social.Siempre la humanidad se ha sentido impulsada por anhelos de progreso,mejoramiento y perfección, alcanzando tan ilimitado punto sus aspiraciones, que se han confundido con lo imposible, desconocido e insospechable.
La utopía: para el batllismo significó la construcción de un país modelo, con la justicia y la soberanía legitimada por el Estado,con la perspectiva de un proceso histórico renovador, dentro de una humanización capaz de darle cauce a un desarrollo sostenido a medida del hombre en cuanto proyecto factible de utopía concreta, donde teoría y praxis se apuntalen, unifiquen o confundan a partir del principio de esperanza. Con la muerte del equipo por causas naturales de tiempo y biología, su memoria se mantuvo por años y se mantuvo viva también la utopía de un país mejor. Sin embargo, la muerte de la esperanza derroto la utopía."

Ver: Lagrotta, MIguel J.Domingo Arena: realidades y utopías.Arca ensayos. Montevideo.2010. Página 147.

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