El batllismo
entre “derechas” e “izquierdas”
El abanico
reformista del primer batllismo tanto en los social, económico y moral que se
concretó básicamente durante su segunda presidencia (1911-1915) se sostuvo en
una visión cosmopolita de la nacionalidad y originó inmediatamente la reacción
conservadora que va a desarrollarse lenta y progresivamente a todo lo largo del
resto del siglo XX. El batllismo cuestionó y en muchos casos eliminó valores y
principios de los sectores pudientes y acomodados, combatió al clero y a la
Iglesia Católica como institución. Dentro del propio Partido Colorado el reformismo generó escisiones hacia la
derecha conservadora dicho esto en terminos simples. La formación del Partido
Colorado General Rivera que fue liderado por Pedro Manini Ríos fue el primer
paso de una serie de distancias entre los militantes colorados que siguen el
ideario batllista y los demás. La propuesta colegiada y los “apuntes” de don
Pepe sobre el colegiado llevaron al batllismo a la derrota en el año 1916 y se
abrió al decir del Dr. Gerard Caetano “La República Conservadora” que más o
menos durante tres lustros dominará el panorama político uruguayo. No podemos
dejar de mencionar la situación internacional, la Revolución Rusa de 1917, la
explosión de gremios y sindicatos, que en Buenos Aires culminó con la
denominada “semana trágica”. En Uruguay recomenzó la represión a las huelgas
sobretodo la portuaria que fue de particular virulencia. La reforma
Constitucional finalemene alcanzada en largo proceso que culmina en 1919
permitió entre otras cosas positivas ser bastante permeable frente al surgimiento
del fascismo en Europa. Quizás el punto más alto en materia conservadora fue,
debido a los coletazos de la gran crisis de 19129, la cración del Comité
Nacional de Vigilancia Económica que se enfretaba decididamente a los intentos
del resurgir reformista batllista. En 1930 el batllismo alcanzó la mayoría en
el Consejo Nacional de Administración. En forma paralela el Ejército Nacional
fue virando hacia posturas antibatllistas, anticomunistas y profundamente
Colorado. Es interesante ver acá la formación de las “Vanguardias de la Patria”
, la “ Asociación Patriótica del Uruguay”. Acá surge el régimen Terrista
derivado de acuerdos suprapartidarios entre el propio Dr. Gabriel Terra, el
coloradismo no batllista, o sea riveristas, terristas, vieristas y sosistas y
al herrerismo. José Pedro Barrán y Gerardo Caetano sobre el período terrista
demuestra las simpatías que generó en nuestro país el fascismo, el falangismo y
el franquismo creándose varios centros que incluso contaban con medios de
prensa. A partir de 1938 se comienza a deteriorar la alianza golpista de 1933.
El presidente Alfredo Baldomir que había triunfado en 1938 fue separándose del
terrismo tal cual era el sentimiento de la sociedad uruguaya. En forma paralela
surge un movimiento que va a tener una gran trascendencia posteriormente. De la
mano del terrateniente Domingo Bordaberry
de orígen antibatllista, había sido el primer secretario de la
Federación Rural en 1915 y director del cotidiano terrista “El Pueblo” se
sostiene en Benito Nardone para , según su terminología, “ democratizar” la
Federación Rural. Con el objetivo de enfrentarse al desarrollo del sindicalismo
creciente se forman grupos de
integración rural en el cual tuviesen participación activa en algunas
decisiones con Benito Nardone como hábil comunicador.
Cuando
retorno el batllismo al gobierno a partir de 1946 y posteriormente con el
ascenso de Luis Batlle y su modelo de industrialización el miedo al Estado
redistributivo comienza a despertar grandes debates. Los sectores obreros
crecieron en número y en organización, sus conflictos con el capital eran
frecuentes y a amenudo triunfantes. En 1951 se funda una asociación gremial
rural autónoma denominada “Liga Federal de Acción Ruralista” este grupo se vincula
particularmente con sectores herreristas y colorados antibatllistas ahora
integrados por terristas, riveristas y blancoacevidistas. En buen romance los
grupos que había sostenido el régimen terrista. La Guerra Fría se suma a esta
situación y ahora se desarrolla un profundo anticomunismo.
Luis Batlle
Berres fue responsable del aggionamiento del batllismo partiendo de la base de
su comprensión de la realidad que se vivía en el mundo de posguerra con sus
imponentes cambios en todos los órdenes. El 14 de agosto de 1947, Luisito
sostenía en su famoso discurso: "Nosotros, los que fuimos formados en los
últimos aleteos de la filosofía liberal del siglo pasado y dimos los primeros
pasos hacia la socialización de ciertas actividades del organismo social, comprendemos
que tenemos que continuar ese ritmo para encauzarlo por las vías normales.
Apresurarse a ser justo, es asegurar la tranquilidad; es bridarle al ciudadano
los elementos principales y básicos para que tenga la felicidad de vivir y
hasta él lleguen los beneficios del
progreso y de la riqueza. Apresurarse a serjustos es luchar por el orden y es
asegurarse el orden". Buceando en el pensamiento de Luis Batlle, años
antes en una exposición de congresistas americanos realizada en Chile con la
Segunda Guerra Mundial en desarrollo sostenía en abril de 1944: "La
Democracia no es solo libertad. Los pueblos reclaman algo más. La Democracia no
tiene por que suponer necesariamente una evolución lenta en su marcha y
discusión prolongada para atreverse a dar un paso por el progreso y por la
justicia social" Es claro que el batllismo del período, denominado Neo
batllismo, fue un movimiento policlasista que buscó y consiguió en parte una
alianza entre los industriales, la pequeña burguesía, las clases medias y el sector
obrero. Desde el punto de vistas económico el eje fue el proceso de
industrialización que logró el apoyo tanto de los sectores estatistas como de
los sectores dirigistas en materia
económica.
El rol del
Estado para Luisito era el de contribuir con gran energía a mantener la paz
social. No toleraba la lucha de clases porque la visión del batllismo era la
del hombre por encima de la sociedad. Retomando su discurso de 1947 sostenía:
"Cuando se amasa la riqueza entre el capitalista y el trabajador, lo que
se produce es de todos y tiene que repartirse con equidad para que no exista el
que lo tiene todo y el que no tiene nada, porque eso no es ni la tranquilidad
ni la paz, ni la justicia; eso es la arbitrariedad y con arbitrariedad no
podemos asegurar la paz social..."
Mucho se ha
debatido sobre el rol de la lista 15, de su relativo apoyo al sistema colegiado
en su momento o su inconveniencia de instaurarlo en 1952, pero es innegable que
Luis Batlle Berres tuvo grandes coincidencias con Don Pepe: ambos fueron
industrialistas, se basaron en la
política de sustitución de importaciones, el instrumento fue diferente con el
sistema de cambios múltiples. Ambos vieron al mercado interno como motor de
desarrollo y fuente de empleo. Y sin dudas el rol del Estado intervencionista,
laico y tolerante.
"El
discurso de Luis Batlle se entronca con la tradición liberal, tal como había
sido reinterpretada por el batllismo de Don Pepe. Luis Batlle hizo frecuentes
invocaciones a la justicia social, con un énfasis claro del papel tutelar del
Estado para proteger a los más necesitados de la sociedad. También Luisito
atacó a los que consideraba demasiado ricos a los que consideraba enemigos de
la sociedad pero lejos de considerarse un discurso que presentase a la sociedad
enfrentada en lucha de clases. Para Batlle Berres los demasiado ricos y los
necesitados era casos límite de una sociedad en la cual la mayoría de la
población estaba bajo el amigable paraguas del Estado batllista. Por esta razón
el neobatllismo tuvo un gran apoyo en la
clase obrera, pero con un discurso no clasista presentándose como una
alternativa a una postura de lucha de clases. Los trabajadores participaban en
la vida política no en cuanto tales, sino en cuanto ciudadanos del Estado
Batllista( y clientes de la maquinaria política del Partido Colorado) El hecho
de que el orden social fuera libre y en armonía y sin antagonismos sociales no
obedecía a un orden natural preestablecido, por el contrario al resultado
directo de la estategia anticipatoria de los gobiernos batllistas. Más claro
que el primer batllismo, la visión neobatllista es la mediación entre los
distintos sectores sociales a través de la tutela estatal"
En las elecciones del 30 de noviembre de 1958
surgen nuevas autoridades, hecho común en una democracia, pero que a una buena
parte de la población uruguaya la sorpresa del resultado generó sorpresa y
desconcierto. Los blancos ganaron las elecciones, su último gobierno había sido
durante el mandato de Atanasio Aguirre nueve décadas atrás. También era innegable
que el modelo de desarrollo se había agotado que cada año el Uruguay
exportaba menos y que a su vez los productos tenían menor valor en el mercado. Imposible
ecuación en un sistema industrial que dependía de insumos casi en su totalidad
importados. Se utilizaban reservas para equilibrar la economía y debido a la
demanda de una sociedad habituada a
consumos culturales y de confort creciente exigía surge la inflación que entre
1958 y 1959 fue del 20%.
Esta crisis
inicia lentamente una conflictividad social, impensada en una sociedad de
clases medias urbanas y con perfil pacato y conformista. Es el momento del
movimiento estudiantil que pelean por la aprobación de la Ley Orgánica
Universitaria. Las manifestaciones estudiantiles y la represión policial era
cada vez más frecuentes. Para el Partido Colorado el temido ascenso de los
nacionalista al poder generaba inquietud. En la intelectualidad lo más
trascendente fue el surgimiento muy vigoroso del movimiento ruralista y en en
los análisis sobre el mismo se oscilaba entre quienes lo veían como el fascismo
criollo y el despertar del Uruguay real adormecido por la visión netamente
urbana del batllismo. Luego de la elección el principal dirigente blanco Luis
Alberto de Herrera rompe la alianza con Benito Nardone generando una fractura
del sector mayoritario.
Instalado el
gobierno comienza a introducir cambios en la economía y en el rol del Estado,
tratando de limitar su accionar al máximo. Eran las posturas y recetas del FMI
(Fondo Monetario Internacio nal) que Uruguay integraba desde 1947 pero que
hasta ese entonces nunca había aceptado sus directivas. La tesis económica del
momento impulsada desde el FMI y aceptada a rajatabla por el nuevo gobierno
sostenía que la libre empresa y la apertura económica hacia un liberalismo
abierto enfrentaría con firmeza la inflación que era un exceso de demanda de
los asalariados.
Ya el 24 de
abril de 1959 se decreta el alza de los tipos de cambio para la mayoría de las
importaciones y sobre finales del año se envía el proyecto de ley que
modificaba todo el sistema cambiario: La Reforma Cambiaria y Monetaria
impulsada por el Ministro Juan Eduardo Azzini, en la cual le daba grandes
potestades al Poder Ejecutivo para adoptar medidas de política económica sin el
pasaje de las mismas por el Parlamento Nacional. Curiosa ley en la cual
presenta aspectos de liberalización de la venta de moneda extranjera y del
comercio exterior, se establecía la obligatoriedad de vender al Banco de la
República la moneda extranjera producto de las importaciones y se facultaba al
Poder Ejecutivo la posibilidad de prohibir por seis meses que se podían
prorrogar por otros seis meses las importaciones consideradas prescindibles.
También incluía una serie de detracciones a las exportaciones una especie de impuesto
con el objetivo de evitar los empujes inflacionarios. El batllismo inició una
feroz batalla en el Parlamento para limitar los alcances de esta ley logrando
algunas limitaciones sobretodo en el alcance del Poder Ejecutivo . Votada la
Ley surge en ella la primera "Carta
Intención " con el FMI en la cual se solicitaban los primeros U$S 80
millones, como contrapartida el Uruguay se comprometía a reducir los créditos
internos para reducir la inflación y una serie de puntos como tarifas aduaneras
pero ninguna referencia a los salarios. Durante el Gobierno se realizarán dos
cartas más. En realidad el inicio de esta política no fue auspicioso debido a
circunstancia que se presentaron: las inundaciones de 1959, la sequía de 1960
que sumadas a una plaga de langostas tuvieron graves consecuencias en la
producción agropecuaria y el colapso de la producción hidroeléctrica. También
hubo grandes reclamos sociales.
El fin del
Uruguay liberal, la perdida de valores democráticos y el surgimiento de la
guerrilla urbana van a marcar el conflictio decenio de los años 60. Allí
estudiaremos a Michelini, Roballo, Seregni y las posturas de Maneco y
Vasconcellos. en las visperas de la dictadura de 1973.
Ver Panizza,
Francisco."Uruguay, batllismo y después" EBO MVD 1990. Pág 96 y Ss.
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