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martes, 30 de mayo de 2023

La Guerra de Corea: ¿Un conflicto olvidado? Apuntes de clase.

 

 La Guerra de Corea. Apuntes de clase.



Estoy trabajando sobre la Guerra de Corea y leyendo el libre de Max Hastings sobre el tema. De la web utilicé el siguiente fragmento para introducirme en los antecedentes cercanos al conflicto.

“El 25 de junio de 1950 alrededor de siete divisiones de élite del ejército norcoreano, muchos de cuyos soldados habían combatido en el bando comunista en la guerra civil china, cruzaron la línea de demarcación establecida en el paralelo 38 entre las dos Coreas con la intención de conquistar todo el sur en tres semanas. Seis meses antes el secretario de Estado Dean Acheson había olvidado incluir a Corea del Sur en el «perímetro defensivo» de Estados Unidos en Asia y las escasas fuerzas estadounidenses presentes en el país, incluidas en una minúscula misión asesora, no estaban en absoluto preparadas para

aquel ataque. Durante las primeras semanas de la invasión la ofensiva obtuvo éxitos asombrosos. Todas las noticias que llegaban del campo de batalla eran negativas. En Washington el presidente Harry Truman y sus principales consejeros trataban de discernir las intenciones del enemigo. ¿Se trataba, como temían, de un ataque ordenado desde Moscú? ¿Estaban actuando los soldados norcoreanos como peones de la Unión Soviética? ¿O no era más que una maniobra de distracción, la primera de una posible serie de provocaciones comunistas en todo el mundo? Inmediatamente decidieron utilizar las fuerzas estadounidenses, y más delante de Naciones Unidas, para poner freno a la agresión comunista en Corea. La guerra de Corea iba a durar tres años, no tres semanas, e iba a ser una guerra sangrienta en la que fuerzas estadounidenses y de Naciones Unidas relativamente limitadas tuvieron que hacer frente a un adversario numéricamente muy superior en un terreno extraordinariamente inhóspito, consiguiendo neutralizar esa ventaja numérica gracias a su abrumador armamento y tecnología. Para los soldados estadounidenses y de Naciones Unidas el peor enemigo, a menudo más hostil que los propios soldados norcoreanos o chinos, era el espantoso frío que llevó al historiador militar S. L. A. Marshall a calificar aquella «pequeña guerra» como «la más horrible del siglo».

El propio presidente Truman, que había enviado a los soldados estadounidenses a luchar en Corea, evitaba llamarla «guerra». Desde el principio procuró minimizar la naturaleza del conflicto porque quería prevenir cualquier sensación de una creciente confrontación con la Unión Soviética, y uno de los métodos utilizados fue jugar con la terminología. A última hora de la tarde del 29 de junio, cuatro días después de que el ejército norcoreano hubiera cruzado el paralelo 38 y mientras las tropas estadounidenses se dirigían a toda prisa hacia Corea, Truman se reunió con los periodistas acreditados ante la Casa Blanca. Uno de ellos le preguntó si Estados Unidos estaba realmente en guerra y el presidente respondió que no, aunque lo cierto era que sí. Entonces otro periodista preguntó: «¿Se podría hablar de una acción policial bajo la bandera de Naciones Unidas?».

 «Sí —respondió Truman—, se trata exactamente de eso».” ( David Halberstam, La Guerra Olvidada”)

"The Korean War" de Max Hastings es un libro que proporciona un análisis exhaustivo y detallado del conflicto que tuvo lugar en la península de Corea entre 1950 y 1953.

El libro de Hastings examina los antecedentes históricos que llevaron al estallido de la guerra, centrándose en las tensiones geopolíticas y las divisiones ideológicas que existían en ese momento. La guerra comenzó cuando Corea del Norte, respaldada por la Unión Soviética y China, invadió Corea del Sur, respaldada por Estados Unidos y las Naciones Unidas.

Hastings narra los principales eventos militares y las batallas clave que tuvieron lugar a lo largo de la guerra, incluyendo la lucha por el control de Seúl, la batalla del perímetro de Pusan y el famoso desembarco en Inchon liderado por el general Douglas MacArthur. También examina las estrategias y tácticas utilizadas por ambos bandos, así como los desafíos logísticos y el papel de las fuerzas aéreas y navales.

Además de los aspectos militares, el libro de Hastings también explora las consecuencias políticas y sociales de la guerra. Examina el papel de los líderes políticos y militares, tanto en Corea del Norte como en Corea del Sur, y cómo sus decisiones y acciones influyeron en el curso de la guerra. También aborda las atrocidades cometidas por ambos bandos y el impacto que la guerra tuvo en la población civil.

Los primeros enfrentamientos:

  1. Cerco de Seúl: Durante el inicio de la Guerra de Corea, las fuerzas norcoreanas avanzaron rápidamente hacia el sur y lograron sitiar la capital surcoreana, Seúl. El cerco de Seúl fue un momento crítico de la guerra, ya que las fuerzas de las Naciones Unidas y de Corea del Sur se encontraron en una situación desesperada. Sin embargo, las tropas estadounidenses lideradas por el general Douglas MacArthur implementaron una arriesgada maniobra de desembarco en Inchon, un puerto cercano a Seúl, logrando romper el cerco y recuperar la ciudad. Esta audaz estrategia de MacArthur resultó ser un punto de inflexión en la guerra, cambiando el impulso a favor de las fuerzas de la ONU.
  2. Batalla de Pusan: Después de la exitosa maniobra en Inchon, las fuerzas de las Naciones Unidas avanzaron hacia el norte y empujaron a las tropas norcoreanas de vuelta. Sin embargo, los norcoreanos lanzaron un contraataque masivo y lograron empujar a las fuerzas de la ONU hacia la región sureña de Pusan, donde se encontraban acorraladas. La batalla de Pusan fue una feroz lucha que duró varios meses, en la que las tropas de la ONU se defendieron tenazmente mientras esperaban refuerzos. Finalmente, las fuerzas de la ONU lograron mantener su posición en Pusan y, con el desembarco en Inchon, pudieron lanzar una ofensiva exitosa para expulsar a los norcoreanos del sur de Corea.
  3. El rol de MacArthur: El general Douglas MacArthur desempeñó un papel destacado durante la Guerra de Corea. Como comandante supremo de las fuerzas de las Naciones Unidas en el teatro de operaciones del Pacífico, MacArthur planificó y ejecutó la exitosa maniobra en Inchon, que permitió el rescate de Seúl y un cambio en el curso de la guerra. MacArthur era conocido por su liderazgo audaz y su confianza en sus propias habilidades estratégicas. Sin embargo, su enfoque agresivo también llevó a tensiones con el presidente Harry S. Truman.
  4. Problemas con Truman: A medida que la guerra avanzaba, MacArthur y Truman tuvieron desacuerdos significativos sobre la estrategia y el alcance del conflicto. MacArthur abogaba por una mayor intervención militar y la expansión de la guerra hacia China, mientras que Truman prefería una política más limitada y cautelosa para evitar una escalada del conflicto. Las diferencias se agravaron cuando MacArthur expresó públicamente sus opiniones divergentes con respecto a la política del gobierno y cuestionó las decisiones de Truman. Esto llevó a una ruptura entre MacArthur y Truman, y en abril de 1951, Truman destituyó a MacArthur de su cargo. Esta acción generó un debate en Estados Unidos y en la opinión pública sobre la autoridad civil sobre los militares y la política exterior del país.

La Guerra de Corea se enmarca dentro de la Guerra Fría, un período de tensiones ideológicas y geopolíticas entre Estados Unidos y la Unión Soviética y sus principales aspectos fueron:

  1. Impedir el avance del comunismo: El objetivo principal de Estados Unidos y las fuerzas de la ONU en la Guerra de Corea era contener la expansión del comunismo. Aunque Corea del Norte fue inicialmente respaldada por la Unión Soviética y China, el conflicto en la península de Corea no resultó en un cambio significativo en el equilibrio global de poder. Aunque las fuerzas de la ONU lograron mantener Corea del Sur como un estado no comunista, la guerra no condujo a la unificación de Corea bajo un gobierno democrático y, en última instancia, se estableció un estatus quo que persiste hasta hoy.
  2. Derrota de Estados Unidos: En términos militares, la Guerra de Corea no se considera una derrota para Estados Unidos. Aunque hubo momentos difíciles y altas bajas en ambos bandos, las fuerzas de la ONU, lideradas por Estados Unidos, lograron resistir el avance norcoreano y finalmente revertir la situación. Sin embargo, el objetivo de unificar Corea bajo un gobierno no comunista no se logró y la guerra terminó en un armisticio que dejó a Corea dividida en el paralelo 38.
  3. Supremacía en tecnología militar de Estados Unidos: La Guerra de Corea no determinó una supremacía definitiva en la tecnología militar de Estados Unidos. Si bien las fuerzas de la ONU tenían una ventaja tecnológica sobre las fuerzas norcoreanas y chinas en términos de armamento y apoyo aéreo, el conflicto también reveló las limitaciones y vulnerabilidades de las fuerzas estadounidenses. Por ejemplo, los aviones de combate soviéticos utilizados por los norcoreanos, como el MiG-15, demostraron ser una amenaza para las fuerzas aéreas de la ONU.
  4. La Guerra Olvidada: La expresión "Guerra Olvidada" se utiliza a menudo para describir la Guerra de Corea debido a su relativo olvido o falta de reconocimiento en comparación con otros conflictos, como la Segunda Guerra Mundial o la Guerra de Vietnam. A pesar de ser una guerra importante en el contexto de la Guerra Fría, la Guerra de Corea a menudo recibe menos atención en la historiografía y en la conciencia pública. Esto puede atribuirse en parte a que el conflicto no tuvo una resolución clara y dejó una situación de estancamiento en la península de Corea. Además, ocurrió al mismo tiempo que otros eventos cruciales de la Guerra Fría, lo que contribuyó a su relativo olvido.

La experiencia en la Guerra de Corea tuvo cierta influencia en el posterior involucramiento de Estados Unidos en la Guerra de Indochina (también conocida como la Guerra de Vietnam) y puede considerarse como un factor que contribuyó a su participación directa en ese conflicto. Sin embargo, es importante destacar que la Guerra de Indochina y la Guerra de Vietnam tuvieron sus propias dinámicas y factores específicos que llevaron al involucramiento estadounidense y a su posterior derrota.

Después de la Guerra de Corea, Estados Unidos desarrolló una política de contención del comunismo, conocida como la Doctrina de la Contención, que buscaba frenar la expansión del comunismo en el mundo. Bajo esta política, Estados Unidos brindó apoyo militar y financiero a gobiernos aliados en todo el mundo, incluyendo a Francia en la Guerra de Indochina.

La Guerra de Corea demostró que Estados Unidos estaba dispuesto a intervenir militarmente para contrarrestar la expansión del comunismo y respaldar a sus aliados. Esto probablemente influyó en la decisión de Estados Unidos de brindar apoyo a Francia en su lucha contra las fuerzas comunistas en Indochina. Sin embargo, a medida que la Guerra de Vietnam se intensificaba y se prolongaba, se convirtió en un conflicto mucho más complejo y difícil de gestionar.

La Guerra de Vietnam fue un conflicto guerrillero prolongado y desgastante que presentó desafíos significativos para Estados Unidos. A pesar del apoyo militar y financiero proporcionado, el esfuerzo estadounidense no logró alcanzar los objetivos deseados y finalmente terminó en una derrota, con la retirada de las tropas estadounidenses en 1973 y la caída de Saigón en 1975.

Se considera que la Guerra de Vietnam fue un fracaso en términos de política exterior y estrategia militar para Estados Unidos y para el bloque occidental en general. La guerra generó divisiones sociales y políticas en Estados Unidos, y planteó cuestionamientos sobre la eficacia de la política de contención y la intervención militar directa en conflictos guerrilleros. Además, la derrota en Vietnam tuvo un impacto significativo en la percepción de Estados Unidos como una superpotencia invencible y provocó una reevaluación de la estrategia estadounidense en la Guerra Fría.

En resumen, aunque la experiencia en la Guerra de Corea puede haber influido en el posterior involucramiento de Estados Unidos en la Guerra de Indochina, la derrota en este último conflicto se atribuye a una combinación de factores específicos y complejos, y se considera un fracaso en la política exterior del bloque occidental en la Guerra Fría.

La estrategia del dominó fue una doctrina política y militar adoptada por Estados Unidos durante la Guerra Fría, que afirmaba que, si un país caía bajo influencia o control comunista, los países vecinos también estarían en peligro de seguir el mismo camino. Esta doctrina se utilizó para justificar la intervención y el apoyo estadounidense en conflictos en todo el mundo, incluyendo la Guerra de Vietnam.

Aunque la campaña republicana liderada por Eisenhower y Nixon se centró en poner fin a la Guerra de Corea, una vez en el poder, su enfoque en la estrategia del dominó puede explicarse por varios factores:

  1. Percepción de la amenaza comunista: En ese momento, existía una creencia generalizada en Estados Unidos de que la expansión del comunismo representaba una amenaza existencial para los intereses y los valores occidentales. La Guerra de Corea y la caída de China en manos comunistas reforzaron esta percepción de amenaza y llevaron a la adopción de políticas más agresivas para contener y contrarrestar el comunismo.
  2. Influencia de la política de contención: La estrategia del dominó se basaba en gran medida en la política de contención, que buscaba frenar la expansión del comunismo a través de la contención militar y política. Eisenhower y su equipo heredaron esta política de sus predecesores, y la aplicaron en la región del sudeste asiático, incluyendo Vietnam, bajo la creencia de que la pérdida de un país allí podría desencadenar una cadena de eventos que llevaría a la caída de otros países de la región en manos comunistas.
  3. Presión política y compromisos internacionales: Una vez en el poder, Eisenhower y su administración se encontraron con presiones políticas y compromisos internacionales que los llevaron a continuar con la política de contención y la estrategia del dominó. Esto incluyó acuerdos y alianzas con países vecinos en la región, como el Tratado de SEATO (Organización del Tratado del Sudeste Asiático), que buscaba mantener la estabilidad y resistir la expansión comunista en la región.

Es importante tener en cuenta que las decisiones y políticas adoptadas por Eisenhower y Nixon fueron el resultado de una combinación de factores, incluyendo la percepción de la amenaza comunista, la influencia de la política de contención y las presiones políticas y compromisos internacionales. Estos factores contribuyeron al cambio de enfoque de poner fin a la Guerra de Corea a la adopción de la estrategia del dominó en el contexto de la Guerra Fría.

La "caza de brujas" fue el período de intensa persecución y acusaciones de actividades antinorteamericanas, especialmente de supuestos comunistas, llevada a cabo en Estados Unidos durante la década de 1950. El senador de Wisconsin Joseph McCarthy fue uno de los principales promotores de esta caza de brujas y desempeñó un papel importante en el clima político y social de la época.

La "caza de brujas" de McCarthy ciertamente tuvo un impacto en la política interna y en la toma de decisiones en ese período. Su búsqueda de comunistas y sus acusaciones infundadas crearon un ambiente de temor y sospecha generalizada en Estados Unidos. Esto tuvo implicaciones tanto en la política doméstica como en la política exterior.

En el contexto de la Guerra Fría, el temor a la infiltración comunista y la presión política ejercida por McCarthy llevaron a una mayor vigilancia y acciones enérgicas contra cualquier sospecha de simpatía o afiliación comunista. Esto se tradujo en políticas más agresivas y en un mayor compromiso de Estados Unidos en la lucha contra el comunismo, tanto a nivel interno como externo.

En relación con la Guerra de Corea y la Guerra de Indochina, el clima de temor y sospecha generado por la "caza de brujas" influyó en la toma de decisiones y en la justificación de la intervención militar. La narrativa de la amenaza comunista y la necesidad de contenerla se vieron reforzadas por la retórica y las acciones de McCarthy y otros políticos anticomunistas de la época. Esta retórica influyó en la percepción pública y en la adopción de políticas más agresivas y enérgicas contra el comunismo.

Si bien McCarthy no tuvo un papel directo en la administración de Eisenhower, su influencia y las consecuencias de su campaña anticomunista tuvieron un impacto duradero en la política interna y en la política exterior de Estados Unidos durante ese período. La "caza de brujas" contribuyó al clima político y social que impulsó una mayor intervención y compromiso en la Guerra Fría, aunque también generó críticas y divisiones en la sociedad estadounidense.

El armisticio acordado en 1953 estableció una tregua y puso fin a las hostilidades, pero no se firmó un tratado de paz definitivo. Como resultado, técnicamente, la guerra entre Corea del Norte y Corea del Sur nunca ha concluido oficialmente, y la península de Corea sigue técnicamente en estado de guerra.

La división de la península de Corea se produjo como resultado del armisticio. El paralelo 38, que ya había sido utilizado como línea divisoria entre las zonas de ocupación soviética y estadounidense al final de la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en la frontera provisional entre Corea del Norte y Corea del Sur. Corea del Norte quedó bajo control comunista y Corea del Sur se convirtió en un estado no comunista, respaldado por las fuerzas de la ONU lideradas por Estados Unidos.

La división de Corea tuvo profundas consecuencias políticas, sociales y económicas. Ambos países siguieron caminos divergentes, con Corea del Norte adoptando un sistema socialista y Corea del Sur desarrollando una economía de mercado y un gobierno democrático.

A lo largo de las décadas posteriores, las relaciones entre Corea del Norte y Corea del Sur han sido tensas y marcadas por la hostilidad. Ha habido múltiples incidentes y enfrentamientos, aunque no se ha reanudado una guerra a gran escala.

Las negociaciones para alcanzar un acuerdo de paz duradero y una reunificación de Corea han sido difíciles y complejas. A pesar de los esfuerzos realizados en ocasiones, las diferencias ideológicas, políticas y estratégicas entre las dos Coreas y sus respectivos aliados han obstaculizado la búsqueda de una solución definitiva.

En resumen, el fin de la Guerra de Corea se logró mediante un armisticio en 1953, pero no se firmó un tratado de paz definitivo. La división de la península de Corea en el paralelo 38 resultó en la existencia de Corea del Norte y Corea del Sur como dos entidades políticas separadas, lo que ha llevado a décadas de tensiones y la ausencia de una paz formal en la región.

Ver:

Hastings, M. The Korean War. Simon & Schuster Paperbacks. New York 1987.

 David Halberstam, La Guerra Olvidada.

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