Datos personales

jueves, 9 de febrero de 2023

El Uruguay del 900. Apuntes de clase. Tramo 6. Grado 9.0. El Uruguay del Centenario.

 



Son muy numerosos los estudios contemporáneos que afirman que la construcción de las ideas de nación y de ciudadanía, así como la construcción y consolidación de la forma Estado-nación son procesos que se vinculan con " la reproducción renovada de aquellas razones por las que un pueblo se mantiene unido bajo la forma institucionalizada de una asociación política" esto es posible cuando convergen procesos interconectados en lo cultural y en lo institucional. Durante las primeras décadas del siglo XX cuando la sociedad uruguaya logró completar su configuración nacional en un complejo desarrollo comenzado a finales del siglo XIX. Es cierto que la generación del 900 es heredera del trabajo intelectual de

pensadores y actores reconocidos como Francisco Bauzá, Juan Zorrilla de San Martin o José Pedro Varela. En esta línea el sociólogo Germán Rama apunta: " Para crear una nación a partir del conglomerado heterogéneo que era la población residente y la segmentación económica y cultural que la caracterizaba, era preciso generar simultáneamente espacios de autonomía en relación al dominio británico y procesos de integración de la población en una identidad que carecía de valores tradicionales a los cuales apelar. (Para eso era necesario) facilitar la nacionalización de los inmigrantes; integrar el territorio y la población mediante las comunicaciones; integrar culturalmente a través de una política de escolarización primaria y la creación de una enseñanza secundaria presente en todo el territorio; e incorporar la población al proceso político con la universalización del voto, la frecuencia de elecciones y la organización de partidos modernos con acción movilizadora. La población se transformó en ciudadanía...el Estado formó la sociedad de acuerdo con las prioridades de integración nacional..." Comienza a desarrollarse el concepto de "excepcionalidad uruguaya" dentro de América latina con clara exaltación de la legalidad como forma de consensos ciudadanos: una visión optimista sobre la convivencia con integración social y con la idea de fusión de culturas. El imaginario colectivo de concepción de integración social cierra todo el debate de construcción nacional iniciado en 1880. Todos estos conceptos y debates se van a concentrar en un libro titulado: 

"Libro del Centenario del Uruguay" una publicación de 1096 páginas que sale a la venta el 25 de agosto de 1925 y que toma partido en el debate sobre la fecha del centenario. El editor fue la prestigiosa agencia de publicidad "Capurro y Cía." pero era de carácter oficial por decreto del Consejo Nacional de Administración de fecha 18 de abril de 1923. Los originales habías sido corregidos por el Ministerio de Instrucción Pública con la finalidad de ser reconocido como documento oficial. En el comienzo del libro se presentan los motivos de la publicación: " compendiar la marcha victoriosa del país y el desenvolvimiento de su riqueza pública y privada, a través de las vicisitudes que venció nuestra nacionalidad para consolidar el imperio de sus instituciones democráticas y liberales de los quebrantos y factores extraños que interviene como obstáculos al libre y normal desarrollo de sus energía creadoras y de su vitalidad prodigiosa" posteriormente reseña los factores que definen esta "tierra excepcional"

1) país joven

2) abierto a todas las tendencias renovadoras.

3) abierto a todas las nobles expresiones del pensamiento humano.

4) cosmopolitismo y apertura hacia afuera como signos de identidad y progreso.

5) inexistencia de una cultura indígena que opusiera resistencias a la "civilización"

6) el idioma nacional como unidad de adaptación pero da la bienvenida al italiano, el francés, el portugués, el inglés y el alemán.

7) el Estado era la consecuencia de una legislación avanzada, estatista e instituciones republicanas. Se pone como ejemplo al Banco República como el tipo de banco de Estado perfecto como factor de unidad económica.

8) Con referencia a la enseñanza se valora "el prestigio de la enseñanza gratuita brindada por el Estado, la bondad de los programas de estudio adoptados por las escuelas oficiales se vinculaban al interés público..."

El debate sobre la fecha de conmemorar la Independencia del Uruguay.

Para analizar este tema tomamos un fragmento del trabajo de Tomás Sansón Corbo, El Bicentenario en Uruguay. Vigencia y problematización

"El 9 de junio de 1921 fue promulgada una ley que creaba una Comisión Parlamentaria a los efectos de proponer la fecha de la independencia. Fue fundamental el asesoramiento y la opinión de Blanco quien redactó el informe final con el propósito de rastrear los orígenes del sentimiento nacional y probar el deseo independentista de los orientales: “la iniciativa de los Treinta y Tres se concretó en el pensamiento de erigir el territorio oriental en una nacionalidad libre e independiente”, por tanto, “el 25 de Agosto de 1825 es la fecha máxima de la Independencia Nacional.” La discusión en la Cámara se produjo entre mayo y junio de 1923 y estuvo signada por consideraciones políticas. En la Cámara de Diputados hubo varias intervenciones, pero las más importantes fueron las de Gustavo Gallinal (blanco), que reiteró conceptos y argumentos postulados en el informe de Blanco -sesiones del 28 de mayo y 4 de junio-, y la de Edmundo Castillo (colorado-batllista) -sesiones del 4 y 25 de junio.

El diputado Castillo puso en cuestión la validez histórica del Informe... y la probidad de su autor. Consideraba un error elegir el 25 de agosto como fecha de la independencia e inconveniente el 4 de octubre de 1828 por su carácter controversial; propone como alternativa el 18 de julio de 1830, Jura de la primera Constitución. El parlamentario no negó la viabilidad de Uruguay como país independiente, por el contrario, su exposición refleja cabalmente las convicciones del imaginario nacionalista oficial: “Quizá en el tiempo en que Juan Carlos Gómez propaló sus ideas hubiera sido una solución para nuestro país aquella fórmula; pero hoy, con lo que hemos avanzado, dada nuestra organización completa, nuestro grado de progreso, nuestros recursos propios, nuestro lugar preeminente entre las repúblicas de América, creo que no tendríamos ninguna ventaja en esa solución; que al contrario: tendríamos toda clase de dificultades y que nuestra unión provocaría todavía en el ambiente de América verdaderas suspicacias; que esta nueva república -más poderosa que cada una de las que la integrarían- podría ser sospechada y malquerida por las demás del continente.” El 26 de junio, luego de las intervenciones de varios legisladores, se propusieron dos proyectos de resolución: uno de José Antuña a favor del 25 de agosto, y otro de Castillo por el 18 de Julio. Ganó el primero por 49 votos contra 38. Debe destacarse que tres diputados colorados apoyaron el 25 de agosto. El proyecto pasó a la Cámara de Senadores donde se discutió el 26 de setiembre. La sesión del Senado comenzó con la consideración de un Informe de la Comisión de Legislación elaborado por el Dr. Justino Jiménez de Aréchaga. Sostiene que el 25 de agosto carece de significación pues se trató de una declaración de independencia de la Provincia Oriental en relación al Imperio del Brasil y, concomitantemente, de unión con las demás Provincias que formaban el antiguo virreinato. El 25 reivindica la autonomía provincial pero en el marco de “una gloriosa fraternidad de pueblos que opondrá la gran fuerza común al vecino invasor.” Sugiere a la Cámara que se fije el 18 de Julio como “única gran fiesta cívica de la República” por tratarse de una efeméride que une a todos los orientales por evocar el primer acto pleno de soberanía del nuevo Estado. Se adjuntó un proyecto de ley en tal sentido apoyado por cuatro de los cinco legisladores que integraban la Comisión. El senador Casaravilla no respaldó la propuesta y elaboró un informe en minoría. Antes de poner en discusión los dos proyectos -el referido ut supra y el que provenía de la Cámara de Diputados-, se procedió a la lectura del informe de Casaravilla. Se trataba de una fundamentación de su voto en minoría que no agregaba nada nuevo al Informe de Blanco. La votación final fue a favor del 18 de julio. Ante el desacuerdo entre ambas cámaras debía pronunciarse la Asamblea General, pero ésta nunca logró reunirse para tratar el tema. Hubo, en consecuencia, celebraciones en 1925 y en 1930, típico reflejo del Uruguay de compromiso que amortiguaba hasta los antagonismos. El festejo que tuvo mayor relevancia fue el 18 de julio de 1930 en virtud de detentar el Partido Colorado la Presidencia de la República. Correspondió al presidente Gabriel Terra consagrar jurídicamente el empate legislativo cuando, por vía de dos decretos (1933), estableció feriados el 25 de agosto y el 18 de julio."

Ver:

Caetano, G. http://www.1811-2011.edu.uy/B1/content/el-espejo-del-centenario-ciudadan%C3%AD-naci%C3%B3n-y-fronteras-entre-lo-p%C3%BAblico-y-lo-privado-1910-1930

Sansón Corbo, T. El Bicentenario en Uruguay. Vigencia y problematización de los contenidos esenciales del imaginario nacionalista clásico. Córdoba. 2010

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.