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jueves, 9 de septiembre de 2010

La Historia en la cultura moderna según Philippe Ariès.

La Historia en la cultura moderna según Philippe Ariès.


Se discute y se invoca la Historia casi para cualquier justificación. Esto nos obliga a bucear en autores clásicos para no perder puntos de rflexión y de valoración de esta disciplina.
Ariès creció en una familia católica y monárquica. Estudió con los jesuitas de Sain Luis Gonzaga, y después en el Lycée Janson-de-Sailly, militando algún tiempo en Lycéens et collégiens de l'Action Françhese Belén.  Publica por entonces varios artículos en periódicos dirigidos por Pierre Boutang : Paroles Françaises y La Nation française.
Tras dos suspensos sucesivos en el examen oral de agregaduría de historia, ingresa en el Institut de recherche coloniale (Instituto de investigación colonial) en 1943 como jefe del servicio de documentación (puesto que abandona en 1979). Se distingue en el campo de la documentación por su sentido de la innovación técnica, sobre todo por el uso pionero en Francia del microfilm (1956) y de la informática (1965). Durante este periodo, es también director de colección en éditions Plon. En 1977, se integra en el EHESS (la prestigiosa Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales) como director de estudios, obteniendo así el reconocimiento de su status de historiador por sus pares.
Ariès intercede para que la tesis de doctorado de Michel Foucault, 'Histoire de la folie à l'âge classique (Historia de la locura en la época clásica), sea publicada por la editorial Plon. Foucault redacta la necrológica de Ariès algunos meses antes de su propia muerte.
La Historia en Francia(su estudio) estaba fundada sobre la idea de la repetición de los hechos históricos, tranformando en un sistema la conciencia ingenua del pasado, tal como se perpetuaba en mu familia. La otra manera de abordar la Historia era la de la Sorbona, una manera objetiva, tan seca por lo menos y abstracta como su rival, pero que se desentendía de las preocupaciones políticas, y se empinaba para adquirir un rango entre las ciencias exactas.
En el fondo ningún historiador pudo evitar la alternativa de las dos historias, científica la una, política y conservadora, o política la otra. Ningún historiador dejó de hacer la opción. Los cientificos más austeros se esforzaban tan solo por asegurar en su vida personal la estanqueidad entre la ciencia objetiva y la interpretación política del pasado. Más , por desinteresada que fuese su erudición, padecían la forma de concebir el tiempo que se practicaba en su ambiente, de acuerdo a la pertenencia politica de cada cual(...) Cualquiera sea, la Historia es siempre la conciencia de lo que es único y particular, y de las diferencias entre muchas particularidades.
Las diferencias pueden situarse en dos tiempos(es decir en los momentos sucesivos de la  Historia) que se oponen unos a los otros. A esto llamo yo Historia total y masiva.
A partir de 1914, las diferencias de cultura fueron reducidas más rapidamente al tipo promedio de cultura que caracteriza al mundo moderno. Y en el seno de esta cultura, fundada sobre la uniformidad de las funciones y de las técnicas, es donde la historia, sentida como la diferencia de los tiempos y de las particularidedes supera los grupos desperdigados de los profesionales. Confluye con las corrientes de pensamientos dominantes hoy día y amenaza con invadir los últimos baluartes de las ortodoxias conservadoras o marxistas.

A una civilización que elimina las diferencias, la Historia tiene que devolverle el sentido perdido de las particularidades

1949"

Ariés. P. El tiempo de la Historia. Paidós estudio. Buenos Aires 1988. Capitulo VIII, Pp-269

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